Cada ser humano consta de un lado masculino y otro femenino. El psicólogo transpersonal y padre de la simbología Carl Jung, denominó al lado masculino “Animus” y al femenino “Anima”. En los niveles arquetípicos esto va más allá de ser mujer u hombre. Más bien se trata de la esencia de la naturaleza arquetípica que nos habita o quizás, valdría decir, nosotros habitamos.